lunes, 27 de octubre de 2008

Una noche de Rock

Por Gastón Fenes

El sábado por la noche Ojo de Buey mostró su reciente producción discográfica titulada “Luz Negra” con una mirada setentosa de cómo hacer un show. Potencia, distorsión and Rock.
Ojo de Buey derramó música y fuerza hasta hacer temblar a todos los espectadores que se encontraban en el boliche de Suipacha y Güemes cerca de las dos de la mañana.
La noche empezó con rock and roll crudo, simple y puro en las manos de Los Drugos. Una banda que forma parte del semillero rockero de la ciudad y que tiene en sus manos un porvenir interesante. Los rockers adolescentes cerraron con garra y convicción alentados por su público que se decidió a hacer pogo y corear las canciones.
Mas tarde sería el turno de Moter Fuker, una banda que mezcla distintos estilos como Hardcore, Funk y Rap con muy buen sonido y cohesión musical entre los distintos instrumentos, pero que parece faltarle una vuelta de tuerca a la hora de despertar a un público que no sea exclusivamente de músicos. Si bien por momentos hubo cabezas y pies que se movían con las excelentes bases rítmicas (batería y bajo) que la banda proponía, faltó el estribillo melódico y repetitivo que lamentablemente hoy el público necesita de un recital.
Una vez que Moter Fuker dejó el escenario con los aplausos pertinentes se empezó a escuchar una guitarra distorsionada entre la sombra del escenario dando anuncio a lo que iba a venir. Un trío que sabe fusionar rock, blues y algo de jazz. Ojo de buey exhaló un sonido potente que cubrió cada rincón de Willie Dixon. Pero también entendió que en la música la dulzura es posible y se pudieron escuchar melodías románticas en la guitarra de Facundo Nardone (guitarra y voz). La prolijidad quedó en manos de Federico Mijoevich y Martín Valci que demostraron saber aparecer con fuerza cuando la canción lo exigió y dejar lucir los solos que Facundo expresaba.


En lo que respecta al repertorio se tocaron los doce temas de “Luz Negra”, entre otros que no fueron grabados. Con respecto a la estética no se pudo ver algo mas definido y marcado que la bincha de Facundo, dándole un toque particular.
La gente acompañó fiel el recital. Se quedó hasta el final y quiso más, brindando con cervezas, fumando algún pucho y alentando activamente.
Alguna vez un músico comentó a quien redacta esta nota que la diferencia entre una banda profesional y una que no lo es, está en que se entienda lo que el cantante canta. Hay que destacar que la voz de Facundo estuvo afinada perfectamente aunque no logró que la letra se entendiera. Muchas veces el presupuesto y las condiciones de los bares hacen que el sonido no sea el mejor y que sea imposible una mejor claridad en la voz. Seguramente fue así.
Ojo de Buey tiene todo para despegar. Buena voz, guitarrista versátil , bajista y baterista con gusto, ritmo y taiming. Alguien se pregunta: ¿Qué falta? No es fácil de responder, pero podemos especular. Tal vez un poco de suerte, tal vez educar auditivamente a la gente y sacarle de los oídos el Reggaeton y la Cumbia, o quizás descubrir la fórmula que haga que la música elaborada pueda ser entendida y disfrutada por la masa. Habrá que ir por ese camino si lo que Ojo de Buey busca es salir del under rosarino.
Algunos links de youtube:

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