martes, 7 de octubre de 2008

Por amor al arte

Todo lo positivo que alguien puede hacer con sus sentimientos fue plasmado en la quinta Muestra Arte – Rock de Acá, organizada por Producciones de Acá, en el centro de la juventud el fin de semana pasado.
Alegría y emoción. Silencio y aplausos, dulzura y reflexión fueron algunas de las sensaciones que se vivenciaron. Una muchedumbre quiso formar parte de la difusión a la cultura rosarina y se acercó con muchas ganas de escuchar y de abrirse a nuevas ideas. Gente de todas las edades interpretó y entendió que si hay alguien que quiere difundir nuestra cultura, hay que apoyarlo. Y así fue.


Los protagonistas fueron los artistas, que atravesando un estilo comercial mostraron su talento en stands ubicados por todo el lugar para que el público se meta de lleno en ese clima estético. Todos quisieron marcar un estilo propio y la imagen adquirió gran importancia para los músicos participantes del Festival.
Las bandas rosarinas hicieron lo que mejor saben hacer: expresarse. Y hubo de todo y para todos los gustos, porque de eso se trata, de gustos.
Muchas bandas de las que tocaron ya suenan en algunas radios de la ciudad; otras esperan su recompensa. Tal vez las más conocidas fueron Patagonia Revelde o El Vagón, dos bandas símbolos del under rosarino. Pero lo más espectacular fue la aparición de nuevas caras con ideas distintas. Vale destacar la originalidad del grupo Kiiroi, tocando canciones japonesas de dibujos animados. Otras bandas supieron mostrar lo suyo y acercarse al público heterogéneo que los escuchaba como fue el caso de Indira, Vendaval, Cinema, Mess y La Greenga, entre otros.


La sala se iba llenando de a poquito. Los que nunca se pierden nada arribaron desde el inicio del evento, al calor de las tres de la tarde. Otros no pudieron renunciar a la siesta y especularon con que lo mejor iba a pasar mas tarde, y quizás tuvieron razón.
Fue emocionante ver tanta inspiración junta: artistas plásticos y músicos, muestra de fotos y videos, todo reunido en un mismo lugar.
Fue atractivo para todos los sentidos. Muchas personas se acercaron a mirar los puestos de venta desparramados, en los que podían encontrarse discos, remeras y todo tipo de merchandising. Otros disfrutaron de shows “informales” protagonizados por la gente que vendía en los stands que no resistieron la tentación de acompañar los mates con una buena guitarreada.
Alguna crítica se escuchó por parte de aquel público de la vieja guardia, melancólico al ver como el espíritu comercial se inserta de lleno en las artes, haciendo que una canción se venda al mejor estilo de un producto industrial, pero nada sirve profundizar en esto, seguramente no conduce a nada.
El lugar fue el indicado y el público también. Estará en la misión de las autoridades locales reunir el candombe otra vez.

La solidaridad por supuesto no estuvo ajena, ya que la entrada al evento era un alimento no perecedero que fue donado a los comedores del Padre Montaldo que alimenta a más de 1000 niños y adultos en sus siete comedores.
Cuanta coherencia se encuentra en palabras como arte, paz y solidaridad, pudiendo resumir en ellas lo que pasó los días sábado y domingo en el centro de la juventud.
Habrá que seguir así, levantando las banderas del arte, apoyando y difundiendo a todo hora lo que algún corazón quiera contar. Ojalá mañana sea tapa de todos los diarios...

Nota: Gastón Fenes

Fotos: Milton Fenner

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